Enterrados en El Mansour Eddahbi, Marruecos

Enterrados en El Mansour Eddahbi, Marruecos

Lo que tenía que ser una visita rápida por la zona del lago El Mansour Eddahbi, #ouarzazate #Marruecos, se convirtió en más de 6 horas en intentar sacar al Cacharrito de arenas húmedas.
Estábamos en la ciudad y decidimos ir a dar un paseo y conocer ese lago, que en época de verano se seca bastante. Nos perdimos y al intentar coger un camino que nos llevara de vuelta a la carretera, nos metimos en una zona de arenas húmedas y el cacharrito se quedó enterrado.

Al principio, entre los tres intentamos aplicar todas las técnicas que conocíamos para sacarlo de allí. Poco a poco nos dimos cuenta que con cada esfuerzo se hundía más y más.

Al cabo de un rato nos empezamos a desesperar porque estábamos en medio de la nada. Nno se veía ni una casa cerca, ni una carretera y ningún coche que pasara por allí. Entonces, vimos a lo lejos que se acercaba una moto y venía directo hacia nosotros. Sobre ella venía un hombre, Ahmed, que traía dos trozos de madera largos para poder ayudarnos a sacar la furgo. Cuando le preguntamos cómo se había enterado que estábamos allí, nos explicó que su madre a lo lejos nos vio y le llamó para decirle que habían unos turistas en medio del lago que necesitaban ayuda. Nosotros estábamos muy sorprendidos de las casualidades de la vida y de esa ayuda que había caído del cielo.

Nos pusimos manos a la obra e intentamos, ahora entre los cuatro, mover el cacharrito pero seguía siendo una tarea imposible.

Tras un momento, muy a lo lejos, vimos pasar una persona que comenzó a acercarse. Venía a ayudarnos. Era un chico, Amin, que por casualidad había cogido ese camino para ir a su trabajo. Era amigo de Ahmed, el de la moto. Nosotros seguimos sorprendiéndonos de nuestra buena suerte y de las casualidades.

¡Fuimos nuevamente! Intentamos, ahora entre los cinco, mover la furgo pero aún así seguía siendo imposible. Nuevamente nos comenzamos a desesperar, veíamos que con cada intento la furgo se hundía más, pasaban las horas y seguíamos atrapados allí. Estábamos intentando buscar las soluciones posibles cuando, otra vez, vimos a lo lejos a otra persona que poco a poco se empezó a acercar hacia nosotros. Era Assim, un chico que volvía de su trabajo ese día por esta ruta y también era amigo de los otros dos. ¡Estábamos flipando! No podíamos estar más sorprendidos de tantas casualidades a nuestro favor.

Intentamos entre los seis mover nuevamente los casi 2.700 kg que pesa el Chacharrito y seguía siendo imposible, por lo cual ellos tres decidieron llamar a un amigo que tenía un tractor para que viniera a rescatarnos.

Mientras esperábamos que viniera el tractor, estuvimos unas cuantas horas atrapados en medio del lago compartiendo una gran experiencia con estos tres nuevos amigos, con los que terminamos más tarde viendo un partido del Barcelona en un bar de Ouarzazate. Por la noche nos invitaron a dormir en el barrio en el que ellos vivían, y al día siguiente compartimos el típico cuscús marroquí de los días viernes en casa de uno de ellos.

Esta experiencia nos sirvió para reflexionar sobre las casualidades de la vida y sobre las buenas personas que hay en el mundo, como estos tres nuevos amigos; Ahmed, Amin y Assim, que sin esperar nada a cambio nos ayudaron y nos acompañaron en un momento complicado.

Experiencias cómo estas nos han ayudado a reforzar nuestros ideales sobre lo bueno que es viajar, conocer otros lugares, personas y culturas. Viajar nos ha permitido romper con nuestros propios prejuicios sobre las personas o lugares.

Y tú, ¿qué casualidad nos explicar?